Los deportes en Corea




Muchos me preguntan, ¿y a qué juegan allí? Mucho taekwondo, ¿no? Conocidos son sus juegos olímpicos del 88 (Seúl '88. Desde entonces, por cierto, el taekwondo es deporte olímpico. Por si te cae en el Trivial) y su victoria ante España en aquel fatídico mundial de Corea-Japón del 2002. Pero además de saber coordinarse cual gif (que conste que no siempre es así), en Corea lo que de verdad mueve masas es en béisbol y el fútbol, los dos deportes de masas por excelencia en el país. 

El béisbol, introducido por misionarios americanos a principios de siglo XX y un vestigio más de la fuerte influencia yanki en la península coreana. Su liga, la KBL, es junto con la de Japón y EEUU, la más competitiva del mundo. Prueba de ello es que el equipo de baseball coreano se llevó la medalla de oro en los JJOO de Pekín 2008.

El fútbol merece un episodio a parte. La K-League (de Korean Professional Football League, claro) nace hace escasos 30 años, con sólo cinco equipos. Para sorna de algunos, entre los equipos que la inauguraron están el Hallellujah FC, los Yukong Elephants o los POSCO Dolphins. No son pokémon, son equipos de fútbol.
En la actualidad hay 14 equipos en la primera división coreana, propiedad en la mayoría de los casos de las chaebol (los grandes conglomerados empresariales surcoreanos): Samsung, SK Group, LG o Hyunday. La segunda división es muy nueva. Tan nueva, que se juega en este año 2013 por vez primera.

Pero si hay algo curioso en el fútbol coreano, es el ambiente en los partidos. Los estadios, proyectados casi en exclusiva para el Mundial del 2002, quedan salpicados por espectadores que apenas llegan a ocupar un tercio de su capacidad. La fiesta del fútbol que vivimos en Europa o Latinoamérica, se traduce en Corea en una fiesta donde los cánticos se suceden a modo de karaoke y unas bailarinas al más puro estilo K-Pop bailan constantemente de cara al público.


Siempre hay un hueco para el Vuvuzela Time

FC Seoul jugando en casa

Para el que no se sepa la letra: ohohohoh-oh! ohohohoh-oh!